La sociedad dominicana ha sido testigo de los amarres (los responsables de tales mañas le llaman acuerdos) entre las cúpulas de los partidos políticos que se reparten el poder. En esta maraña hemos visto envueltos mansos y cimarrones. Es decir, morados, colorados, blancos, “progresistas” tránsfugas, organizaciones pequeñas y medianas que se llaman a si mismas “emergentes” pues su discurso “diferente” se sustentaba en señalar alas organizaciones políticas tradicionales (las tres grandes) como las responsables del descalabro nacional. Pues, una parte considerable de esas organizaciones “emergentes” son las que hoy hacen “acuerdos electorales” con sus “antitesis” con el único fin de participar en el reparto del congreso y los ayuntamientos y los “beneficios” que tal ejercicio trae.
Se ha denunciado como, desde el palacio nacional, se “conquistan” a fuerza del presupuesto de la nación, los disgustados del acuerdo rosado. Acuerdo, a propósito, que solo justifica ante la historia los desmanes de la dictadura ilustrada del Dr. Balaguer e intenta echar por tierra, todo el discurso, los muertos y los sacrificios del ala progresista del otrora Partido Revolucionario Dominicano, es decir el PRD hipotecó la vergüenza y la “esperanza nacional” con el peor usurero: La alianza rosada.
A estas alturas del proceso comicial venidero no sabemos cuales de las organizaciones políticas fundadas por el Prof. Juan Bosch, está actuando con mayor mezquindad y desvergüenza, además traicionando los principios que durante 4 décadas levantaron ante la sociedad dominicana.
Dicho en buen cristiano, estamos ante el mayor “berenjenal” de los últimos 40 años de la vida política nacional, donde no existen diferencias entre una corriente política y otra.
Lo cierto es que estos vaivenes ponen en evidencia que los sectores afectados por la crisis nacional no tienen nada que buscar alrededor de estos mercaderes.
Esta práctica debe servir de reflexión para que los productores de pollo, huevos, ganado, leche, arroz, otros granos, etc. Los industriales, los pequeños propietarios, los sectores medios, los trabajadores y los sectores profesionales, preocupados seriamente por su destino y el futuro nacional, tomen como referencia la capacidad de estos grupos para hacer negocios frente a todos, sin siquiera cuidar las formas y solo pensando en sus beneficios individuales, incluso, sin valorar la posibilidad de la liquidación de sus parcelas partidarias, producto del descreimiento de la gente en la actividad pública.
El diccionario describe la palabra Hedonismo como “doctrina filosófica que considera el placer como único fin de la vida” y yo quiero que el lector me permita aplicar esta definición para graficar, lo que entiendo es la práctica política mas perversa que hayamos visto los dominicanos.
Esta gente (todos los involucrados en estos amarres) solo ha hecho cálculos de cuales beneficios personales y de grupo (placeres individuales incluidos) garantizan estos saltos después del 16 de mayo.
Estos “acuerdos” solo abren mas la brecha para que la gente se aleje de la actividad política y le deje el terreno a “dirigentes” sin escrúpulos que ven en el servicio público, la posibilidad de granjearse privilegios, negocios y poder.
Sin embargo es conveniente señalar que en el fondo, el propósito mayor de estos politicastros, es precisamente que la gente de a pie abandone por cansancio y vergüenza el servicio publico para mantenerse sin control, supervisión y rendición de cuentas.
Ante tanta desfachatez y tránsfugas, se hace necesario que amplios sectores nacionales, a quienes asquea tantos desaguisados, reflexionen entorno a cuales pasos son oportunos para darle un nuevo rumbo al país y fundar una República profundamente democrática.
El autor es gestor cultural. Reside en la ciudad de Nueva York.
Por: Samuel Sanchez
Se ha denunciado como, desde el palacio nacional, se “conquistan” a fuerza del presupuesto de la nación, los disgustados del acuerdo rosado. Acuerdo, a propósito, que solo justifica ante la historia los desmanes de la dictadura ilustrada del Dr. Balaguer e intenta echar por tierra, todo el discurso, los muertos y los sacrificios del ala progresista del otrora Partido Revolucionario Dominicano, es decir el PRD hipotecó la vergüenza y la “esperanza nacional” con el peor usurero: La alianza rosada.
A estas alturas del proceso comicial venidero no sabemos cuales de las organizaciones políticas fundadas por el Prof. Juan Bosch, está actuando con mayor mezquindad y desvergüenza, además traicionando los principios que durante 4 décadas levantaron ante la sociedad dominicana.
Dicho en buen cristiano, estamos ante el mayor “berenjenal” de los últimos 40 años de la vida política nacional, donde no existen diferencias entre una corriente política y otra.
Lo cierto es que estos vaivenes ponen en evidencia que los sectores afectados por la crisis nacional no tienen nada que buscar alrededor de estos mercaderes.
Esta práctica debe servir de reflexión para que los productores de pollo, huevos, ganado, leche, arroz, otros granos, etc. Los industriales, los pequeños propietarios, los sectores medios, los trabajadores y los sectores profesionales, preocupados seriamente por su destino y el futuro nacional, tomen como referencia la capacidad de estos grupos para hacer negocios frente a todos, sin siquiera cuidar las formas y solo pensando en sus beneficios individuales, incluso, sin valorar la posibilidad de la liquidación de sus parcelas partidarias, producto del descreimiento de la gente en la actividad pública.
El diccionario describe la palabra Hedonismo como “doctrina filosófica que considera el placer como único fin de la vida” y yo quiero que el lector me permita aplicar esta definición para graficar, lo que entiendo es la práctica política mas perversa que hayamos visto los dominicanos.
Esta gente (todos los involucrados en estos amarres) solo ha hecho cálculos de cuales beneficios personales y de grupo (placeres individuales incluidos) garantizan estos saltos después del 16 de mayo.
Estos “acuerdos” solo abren mas la brecha para que la gente se aleje de la actividad política y le deje el terreno a “dirigentes” sin escrúpulos que ven en el servicio público, la posibilidad de granjearse privilegios, negocios y poder.
Sin embargo es conveniente señalar que en el fondo, el propósito mayor de estos politicastros, es precisamente que la gente de a pie abandone por cansancio y vergüenza el servicio publico para mantenerse sin control, supervisión y rendición de cuentas.
Ante tanta desfachatez y tránsfugas, se hace necesario que amplios sectores nacionales, a quienes asquea tantos desaguisados, reflexionen entorno a cuales pasos son oportunos para darle un nuevo rumbo al país y fundar una República profundamente democrática.
El autor es gestor cultural. Reside en la ciudad de Nueva York.
Por: Samuel Sanchez
